El inicio del viaje Makonnelli
La travesía de chocolates Makonnelli se originó en los lazos de amistad de sus fundadores. En 2018, la primera idea que tuvieron para trabajar en conjunto apuntaba a la exportación de granos de cacao Premium. Para felicidad de nuestros paladares, esa idea ha evolucionado hacia la fabricación de chocolates únicos en su origen.
La historia de Makonnelli está signada por una anécdota previa que merece ser recalcada. El grupo Makonnelli está conformado por dos familias trabajadoras que se conocen desde hace muchos años ya que las tiendas de cada una se encontraban situadas una cerca de la otra.
Con el transcurso de los años y luego de muchos cafés compartidos en las mañanas, esa relación entre las dos familias fue creciendo a tal punto que comenzaron su primer proyecto de negocio juntas. Aunque ese emprendimiento no pudo hacerse realidad, la afinidad y conexión entre las dos familias había crecido aún más. Y así fue como tiempo después surgiría otra idea de negocio que sí inició la unión de estas dos familias.
Inicialmente se pensaba en la exportación de granos de cacao. Después de conformar el equipo y de conseguir las herramientas necesarias para hacer factible esa idea de negocio, empieza el viaje. Luego de tocar varias puertas, se consigue el primer cliente interesado en comprar granos de cacao, que estaba localizado en España.
Tanto fue el interés que, a finales de febrero de 2019, los fundadores de Makonnelli hicieron un viaje de negocios con rumbo a Barcelona para concretar esa primera venta de granos de cacao. Sin embargo, esa negociación se terminó cruzando en el tiempo con la crisis de la pandemia mundial. La directiva del potencial cliente decidió esperar.
Al principio, lógicamente fue desalentador para nuestros fundadores que después de tanto tiempo y esfuerzo, esa primera exportación no terminara exitosamente a causa de la pandemia.
No obstante, en la adversidad también hay aprendizajes: el confinamiento ofreció mucho tiempo para pensar, investigar, reorganizarse y dar una vuelta de timón al rumbo de este formidable viaje de Makonnelli.
Aunque la pandemia ha sido una tragedia mundial, nuestros fundadores han podido aprovechar este tiempo. Así, de una profunda investigación dentro del mundo cacaotero y de los chocolates Premium, ha surgido la pregunta clave:
¿Por qué vender nuestro prestigioso grano en el exterior para que se fabriquen chocolates únicos en su origen, cuando nosotros podemos hacerlo?
Y he aquí cómo ha empezado esta bella historia… La historia de chocolates Makonnelli.
¿Por qué Makonnelli?
Una vez decidido el cambio de rumbo de la nueva empresa hacia el mundo del chocolate, fue evidente que se necesitaría un nombre distintivo para la marca. Se inició así una primera fase de investigación y desarrollo para la identidad de nuestros chocolates.
En las lecturas y debates que los fundadores de la empresa tuvieron acerca de este tema, no faltaron nombres relacionados con el cacao. Se consideraron opciones tales como dioses, tribus indígenas, ciudades y pueblos cacaoteros, e incluso animales.
La búsqueda pronto arrojaría resultados. Entre las posibles alternativas, se encontró la figura de un simpático mono que tenía algo en común con nosotros: su gran afición a las semillas del cacao. Se trata del aullador rojo guayanés (Alouatta Macconnelli), que vive en Guayana Francesa, Brasil, Surinam, Guyana y Venezuela.
No sería tan solo una casualidad el haber encontrado esta afinidad con el mencionado primate aullador, uno de los 14 en su tipo que habitan en el norte de Suramérica. Hay que resaltar que, en las culturas precolombinas, los monos estaban relacionados con la alegría y con manifestaciones artísticas como la danza y el canto. También eran representados en fachadas, códices, vasijas y vasos, tanto por su valor estético como por su relevante función en la naturaleza como proveedores y dadores del cacao… la semilla sagrada.
Y así hemos encontrado una denominación que nos define de manera muy especial, tal como el cacao único de nuestros chocolates: Makonnelli.
